I
Confieso que eh probado las drogas que me sujetan como persona
Comenzando por la marihuana, el copete, los cigarrillos (aunque no provoquen efectos alucinógenos)
El sexo, las pastillas, “nevado” y “marciano”... y ninguno de ellos me arranca mis raíces del suelo de la conciencia y realidad, porque lo único que eh logrado es
Estar en un lugar de mala muerte escribiendo mi pésima poesía.
Un frenesí de cosas me han hecho ser lo que soy y por eso
Quizás continuo vivo, porque trato de descifrar en todos estos
Años el porqué no me enterrado un cuchillo en el cuerpo;
Tal vez sea por esto mismo que me amo a mi mismo más que a ti.
Sé que está mal pero ¿qué debo hacer?
II (J.C.)
Visto una camisa color blanca con algunos manchones marrones,
Y la gota cae al tiempo en que la mancha crece sobre la
Camisa y el cuerpo se derriba cada vez, más y más
En cuanto al zumbido irritable que pasa entre mis oídos
Y la cabeza; sin comprender nada mientras en la cocina
Cuecen mi corazón arrancado con las manos manchadas
De vino. Se siente venir... muy fuerte y rápido...algo en el camino
III
Voy camino a matarte, te voy a matar...sí lo voy a hacer
A sangre fría. Yo con mi espada erecta, de metal y filosa
Partiré (en dos) tus labios que hablan por la imaginación
Y tu frágil/mente concienzuda.
Celebraré columpiándome de un candelabro gigante colgado
Con intenciones de escribir cartas sobre mi puta poesía, que
Se vende a cualquiera para satisfacerlos recibiendo como
Paga unas cuantas gracias y un par de monedas.
Todo lo que no vomité antes lo hice en una noche.