miércoles, 22 de diciembre de 2010

Luna Roja 21/12/2010.

Eres la perla endiablada, la más furiosa, la más rebelde, que brilla como un tornado de fuego. Aparentas ser Azul cuando te presentas afable ante los hombres mortales, pero yo, el hijo del Universo, se rinde ante tu poderosa imagen escondida en caretas de escarcha azul. Sonriente maquiavélica, pretende incendiar el cielo para hacerlo sangrar, oscura como el huevo negro de Lilith, se encarna entre manos blancas, trayendo a un Zorzal que interrumpe mi velada,imponente el ave desaparecido como el gato curioso que lo mira, errante como sí solo, maúlla en el canto universal a la manera del unísono musical, universal, ancestral, acojedora al espíritu vagabundo cual la mire: entre más oscura más sagrada tu arcana designada, guardada en las acciones precipitadas del pájaro alado por las plumas que les das con tu brillante resplandor, y, como si fuera uno de ellos, el grito desesperado de las aves divagantes, en un órgano angelical de una catedral de acento gótico; vas desapareciendo al paso de las calles desoladas corroídas de luz pública y guitarras asolapadas, aisladas, desoladas, nostálgicas de un adiós inminente al cuál mi actitud cansada de la calma de la violencia de las olas bravas de un mar que se va llevando mis confesiones ocultas, como si las siluetas/sombras hallasen y reaccionasen a las señales que un alma ordena a un cuerpo tomar postura y cargada de valentía. A un costado de tus cabellos, Luna Roja, tus cabellos se mueven como caricias al alba medianoche en tus pies, oliendo las flores llamativas de frutillas silvestres y tan rojas como tú; la inocencia brillaba en los globos oculares de tu manifestación del alma al vuelo de un avión fugitivo y prófugo de las cosas que me rodean y me visitan tímidas como aquella seductora mujer invita al peligroso juego de seducción. Yo, más abajo de , mirándote, observándote, prejuicioso y un poco escéptico, siento vibrar ese aroma que me acompaña cada vez que siento su contacto mental, tomando la forma de una hoz sedienta de sangre derramada por el Universo imponente y cobijadora a los que creen en ella. La luz del alba de Venus ofrece iluminar a los errantes abandonados a su suerte esta noche, cuando son dejados por el gato burlón, meándote en traición al trato ofrecido, y ya el sueño desaparece, y tú que tomabas el sueño de las horas más oscuras en los tiempos paralelos tremendamente dimensionales, como portales abiertos al tercer ojo morado pasional, tomando forma de arco flechero en llamas, nos traes la luz que Venus ofreció devolver a los pobres mortales ciegos como los caballos de carretas y carga torturada, volviendo a poner las cosas en su lugar, trayendo al mismo equilibrio universal a su desvelo, y tú, Perla Negra, te vas ocultando a la manera de los roedores en sus ratoneras polvorientas y sucias de carente compañía, cae con el pájaro molestoso pesado de presencia escénica, rugen los motores maquinariales que impiden al tiempo dedicado a tu adoración. Entonces te vas, me sonríes como el momento (triste) de la despedida, pero no te olvides que yo, tu Camus, tu compañero de los días y del porvenir, estaré aquí con el coraje hecho deseo inmóvil que puede ver tu aura violeta en piel morena, tostada, radiante del perfume magnético, no soltaré tu mano aún cuando estés plácida dormida entre mis manos benditas al Universo; haré que tus penas se disuelvan en vapores alquimistas de la numancia. Estaré para en los momentos híbridos de una ventisca amigable que me recuerda la profundidad amabale de tu ser, la mejor de todas las fecundas mujeres del planeta, que tu imaginación no se extinga jamás para poder hablarnos en el lenguaje universal latente que se manifiesta al ver nuestras caras y nuestras almas tan felices por tenernos cerca... ¡Pero tú!, ¡Luna furiosa de mi sangre y espíritu adolescente, la misma que conformó al poeta indeciso, al rumiante sumiso, te alejas y te alejas sin escucharme gritarte fuerte, a la manera que los bombos y las balas censuran mi declamación que penetrará como una telaraña filosa y delgada como la Katana! El gigante idiota aclama a la radiante luz de la Venus en piel que trae a su paso al amanecer, porque a la siguiente noche en la oscuridad del cielo se presentará el manifiesto telúrico irascivo de sentimientos encontrados, provocados por aquella mujer que sacó la espina del sagrado corazón, del pecho naviero, como el mascarón de un barco que navega al hijo del Universo, aguardando por el arcano designado por y para ella.



A la memoria de Peter Steele, que su presencia se manifestó en el claro del alba de ese veintiuno de Diciembre del 2010, el autodenominado "El Hombre Verde" (Greenman).

Dedicado a la memoria de la mujer que comprende al Universo, que su aroma se manifestó en todo momento, desde que comenzó este escrito. A , Pan.


...


¡Pide un deseo a la Luna, y ella te escuchará en un susurro!
¡Grita al Universo con todo el corazón y anhelo, y él confabulará a tu favor!


Atte. Camus De Rokha.