Yo tenía un completo italiano, era hermoso y gordito. Chorreaba
La mayonesa amarillenta sobre una verde palta molida madura.
En cuanto al tomate jugoso rojizo suavemente masticado era delicioso.
Pan, inflado pero llenador. Pero el punto no es ese, sino que ésta era
La problemática:
No sabía si ese completo podía estar añejo como el de las vitrinas o si acaso estaba envenenado. De repente me vi atrapado en el completo italiano con esa mayo grasienta en mis venas saturadas de aburrimiento, ketchup y mostaza; en camilla al hospital por accidente vascular...pero peor me vi aún en el momento de servirlo, razonando, craneando, temiendo por si bendecirlo o no, por si Dios me castigaría o no, por si sabía que no había comido en todo el día o por si se enteraba que ayer en la noche discutí con mi madre, lo que me puso más en aprietos es que me lo comí sin pagar.
